Aparcar en las zonas de costa puede ser una verdadera odisea. Zona azul, precios caros, huecos inexistentes... Al final, el coche acaba estacionado en el primer sitio que nos parece un aparcamiento y, con las prisas por llegar al mar, ni nos fijamos en algunas de las señales que nos indican que, justo ahí­, no se puede aparcar. 

Cada localidad y cada ayuntamiento tiene, al final, un sistema propio de regulación del estacionamiento. En caso de incurrir en algún tipo de infracción, puede ser la policí­a municipal del lugar la que nos deje una multa en el parabrisas o, mucho peor, que la grúa se acabe llevando nuestro coche. 

¿Qué hay que hacer si la grúa se ha llevado el coche en nuestra zona de vacaciones? Pues, lo primero, determinar si ha sido la grúa la que se lo ha llevado. En el lugar donde el vehí­culo estuviera estacionado deberí­a haber una pegatina con todos los datos necesarios para poder ir a recogerlo.

Si no hay pegatina, lo más sencillo es llamar al teléfono de información municipal del lugar en el que estemos y preguntar si nuestro coche, aportando el número de matrí­cula, está en alguno de los depósitos municipales. 

A la hora de ir a recogerlo será necesario presentar la documentación pertinente. El DNI del propietario del coche, el permiso de circulación, la ficha técnica (si están dentro del vehí­culo, se podrá señalar a los trabajadores del depósito) y el carné de conducir. Esta es una de las razones por las que es importante viajar siempre con la documentación del vehí­culo controlada y en regla.

Lo más aconsejable es ir a recoger el coche cuanto antes, ya que cuantos más dí­as esté en el depósito más habrá que pagar para retirarlo. Los precios dependen del municipio donde se haya retirado el coche y el abanico de opciones es muy amplio: solo la retirada del vehí­culo cuesta entre 60 y casi 200 euros. Mejor fijarse bien antes de aparcar que dejar el coche en cualquier sitio.

Fuente: 20 Minutos